Este año los “castellers” de Valls acabaron los primeros en las fiestas que se celebran en honor a la virgen de la Candela. La celebración era doble porque como se sabe, la Unesco lo ha declarado, no hace mucho, patrimonio cultural de la humanidad.
Se citaron en Valls unos 10.000 “castellers” procedentes de toda Catalunya, Baleares, el País Valenciano y la Catalunya francesa. Esto significa 57 “colles”, las cifras por si mismas hablan de la creciente expansión de esta iniciativa.
En la época medieval “els castells” eran unos ejercicios de equilibrio y fuerza, sin embargo, carecían de la audacia que tienen ahora y que despierta la admiración de todos. Cuando el “enxanata” levanta la mano para saludar, es el momento del triunfo, la respiración que parece detenida, es sustituida por el grito de alegría. Los castells sacan lo mejor del ser humano, todos a una, los que participan y los que miran. Ese espíritu colaborador, de unir fuerzas deberíamos aplicarlo a todos los aspectos de nuestra sociedad.
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