Ante los hechos que en las últimas semanas se han
producido en el ámbito político, enmarcados entre la manifestación popular del
11 de septiembre y el debate parlamentario de donde han salido la disolución de
la Cámara y la convocatoria de elecciones, desde la dirección de la Associació
Col·legial d'Escriptors de Catalunya (ACEC) se considera oportuno emitir un
mensaje de tranquilidad dirigido a los asociados y asociadas y, en todo caso, a
aquellos a quienes pueda interesarles.
Desde diferentes sectores y sensibilidades sociales y
políticas diversas se están expresando ideas: algunas que generan ilusiones;
otras, incerteza, inquietud, recelos. No podemos dar respuesta a todas ellas, ni
tendría sentido intentarlo, pero sí a las que afectan la situación de los
escritores y traductores que viven en el país. Así, les hacemos saber los puntos
siguientes:
1. Además del conjunto de atribuciones y prerrogativas
contempladas en sus Estatutos, la Associació Col·legial d'Escriptors de
Catalunya (ACEC) mantiene ahora más que nunca el sentido como lugar de encuentro
y de diálogo de los autores y traductores sea cual sea su idioma de trabajo, y
continuará trabajando por la convivencia, la concordia y la colaboración que
hasta ahora ha sido su línea de actuación.
2. En consecuencia con la no beligerancia en el terreno
lingüístico y social y sin perjuicio de las posiciones que de forma
incuestionablemente legítima puedan tomar a título personal sus asociados,
también en el terreno político la ACEC continuará manteniendo escrupulosamente
la más estricta neutralidad, con la única toma de partido por la libertad de
expresión de la voluntad ciudadana, de acuerdo con la línea seguida desde su
fundación en 1984.
3. Desde los organismos de gestión cultural de la
Administración se está trabajando en las diversas hipótesis de futuro, y la ACEC
participa como miembro activo. Por lo tanto podemos constatar que la línea de
trabajo se encara de forma inequívoca a asegurar que no se vulnerarán ni se
menospreciarán los derechos de ningún sector de la ciudadanía en el caso de que
Catalunya llegara a tener un Estado propio. Insistimos en ente punto: en caso de
que tal contingencia llegue a producirse.
4. En este sentido se prevén mecanismos para garantizar
los derechos de todos los escritores, sea cuál sea el idioma en el que escriban,
y si es preciso, acuerdos con otras instituciones que les permitan el acceso a
los beneficios habituales en una sociedad de derecho, por ejemplo: ayudas y
becas a la creación literaria y a la traducción, hecho que mejoraría de forma
substancial las prerrogativas actualmente disponibles para el conjunto de los
ciudadanos.
5. En consecuencia, la ACEC insta a la prudencia en el
momento de dar crédito a predicciones infundadas, a alarmismos tendenciosos, a
expectativas apocalípticas, todo ello emitido desde el desconocimiento, desde el
miedo o desde la beligerancia política, legítima pero poco constructiva y nada
conciliadora. Nos consta que en las instancias administrativas existe la
convicción y, por lo que respecta a su responsabilidad, el firme propósito de
hacer que sea así que, si se produce en un futuro más o menos próximo la
situación que sea, ningún sector de la cultura será menospreciado y mucho menos
perseguido, que ningún individuo tendrá que abandonar el país porque sus
derechos hayan sido vulnerados o disminuidos, al margen evidentemente de que
pueda o quiera hacerlo por cuestiones personales.
6. Nos comprometemos a mantener una línea de
información lo más amplia y objetiva que permitan los acontecimientos, y
seguimos a disposición de los asociados para cualquier cuestión que
planteen.
Miquel de Palol i
Muntanyola
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