Màrius
Sampere y Passerell ha sido distinguido con el premio Lletra de Oro por el
poemario La esfera insomne (LaBreu Ediciones). Sebastià Alzamora, miembro del
jurado, ha escrito esta glosa para la concesión del premio.
Màrius
Sampere, viejo diablo, tú ya no nos engañas. Después de habernos hecho creer
que conocíamos Sansara y que celebrábamos unas inauguraciones allá en el lugar
donde todo no hace más que recomendar, después de crearnos la ilusión que
verdaderamente habíamos sido iniciados a la demergida, después de deslumbrarnos
con el resplandor negativo de la sublime y de obligarnos a asumir las inminencias,
después de trastocar las jerarquías y de dejarnos inmersos dentro del pandemónium,
después de extraviarnos dentro del rascacielos, vienes ahora tú, burlón, y con
la magnificencia sencilla de quien conoce aquello que no se puede comunicar,
nos lo transmites de puño y letra y en viva voz en los versos de La esfera
insomne, y resulta que todo era broma pero que todo era muy cierto, y que
todavía no sabíamos de la misa la mitad, y que te guardabas dentro de la manga,
tafur genial, el naipe definitivo de la jugada maestra, aquel movimiento
definitivo que los magos denominan el Prestigio y que representa la suspensión
de las credulidades, el reinicio de todas las certezas, la entrada violenta al
reino de los boquiabiertos. El naipe exacto, sí, aquel que se deja caer con la
sonrisa de quien conoce que ejecuta una maniobra verdaderamente trascendente,
con el estilo incontestable del prestidigitador que, si conoce el oficio, es
porque ha hecho caso del clásico y se ha conocido a si mismo. No podemos a alegar
que no estuviéramos avisados, en el tránsito por la ciudad sumergida quién
quisiera ya había podido escuchar las voces anticipatorias, los ecos distantes
que avisaban que nada se había acabado todavía, pero resulta que ni siquiera
así nos habíamos preparado para descubrir que todavía todo tenía que empezar,
que todo nos había parecido una cosa y ahora resultaba ser la misma, con el
matiz que encara no lo habíamos visto.
Y
ahora, habiendo leído y releído La esfera insomne con la estupor de quien
descubre que detrás tiene la espalda y delante el sexo, habiéndonos tenido que
hacer cargo que el oficiando predicaba el que cree y que, por lo tanto,
cualquier escepticismo era fútil, ahora que nos declaramos vencidos porque nos
has desbordado felizmente por todas bandas, ahora que nos has dejado mudos y
sin jaula, que es tanto como decir que contigo no hay remedio ni escapatoria y
que nos has dejado en pelota picada, ahora que nos has escarnecido como sólo
pueden hacerlo los poetas verdaderamente grandes, que cómo todo el mundo sabe
sois los únicos verdaderamente peligrosos porque sois maestros y lo sois por
siempre jamás, por todo esto y por la autoridad que nos ha sido conferida,
Màrius Sampere, los pardillos que formamos este jurado te sentenciamos a la
Letra de Oro y a nuestro aplauso a alucinante y perpetuo. Se te comunica así
mismo que la sentencia es inapelable, y que, en caso de que no estés conforme,
nos encontraremos afuera.
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