viernes, 23 de septiembre de 2011

Las hormigas mieleras



Uno de los secretos del desierto al norte de Australia es la existencia de unas hormigas productoras de miel y que se encuentran en túneles muy profundos, bajo tierra. Están dotadas de un gran abdomen, que llega a dilatarse tanto como el tamaño de una uva; su interior lleno de un líquido amarillo de color amberino.

Donde viven las hormigas mieleras
En el suelo arenoso del desierto de norte de Australia, con unos hoyos de una profundidad de más de un metro y con un diámetro suficiente para que una persona pueda extraer con la mano una gran cantidad de ellas. Se encuentran suspendidas en el techo, incapaces de moverse a causa de sus hinchados vientres. La miel que contienen es uno de los alimentos más dulces que se obtienen en esta zona.



Frascos de miel vivientes
A diferencia de las abejas, que almacenan la miel en paneles, estas alojan el néctar dentro de los cuerpos vivos de las obreras denominadas repletas, La colonia depende de estos “frasco de miel” durante las épocas de escasez.

Para depositar o extraer alimento, la hormiga da la contraseña correcta tocando con sus antenas las antenas de su hermana repleta. Esta abre la boca y destapa el “frasco de miel” Una válvula especial en el estómago, compuesta de cuatro pliegues, regula la entrada y salida del líquido. La vida de las repletas dura varios meses, por lo que su cavidad abdominal puede llenarse y vaciarse varias veces. En este oscuro mundo subterráneo se protegen de hongos y bacterias, embadurnándose el cuerpo con un fluido antibiótico secretado por una glándula especial.



¿De dónde viene la miel?
En la base de la cadena alimentaria de las hormigas se encuentra la savia y el néctar de las acacias. En el siguiente nivel se sitúan los áfidos o pulgones, pequeños insectos que se nutren de estos jugos naturales. A su vez las obreras ordeñan a los pulgones, aligerándolos un poco del exceso del líquido azucarado, llamado miel de roció, aunque ellas también recolectan néctar directamente de los árboles. Por último, las obreras alimentan a las repletas con el líquido que han recogido. Las repletas necesitan poco alimento debido a su inactividad, por lo que parte de la miel de roció pasa a los “frascos de miel”. De modo que tanto los pulgones como las hormigas obtienen beneficio de esta asociación simbiótica llamada mutualismo.

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