sábado, 12 de abril de 2014

Sergi Pàmies, un enamorado del cuento en el Café con letras

 
 
El escritor llenaba ayer el Museo de Arte de Cerdanyola-MAC Can Domènech con la presentación de su última obra 'Canciones de amor y de lluvia', una recopilación de 26 cuentos y canciones en las que el amor infeliz o roto y los elementos autobiográficos son de especial relevancia.
 
"El cuento es una guerra de guerrillas", con esta conclusión Sergi Pàmies defendía ayer en el marco del Café con letras, su pasión por la narrativa breve. El escritor llenaba el MAC Can Domènech en la penúltima sesión de este semestre del programa literario para presentar su último libro Canciones de amor y de lluvia , una recopilación de 26 cuentos con cadencia y homenaje musical con canciones que, como la inmensa mayoría de canciones de amor, en realidad son de desamor, con preocupaciones de la madurez como la muerte o la vejez.
 
Sergi Pàmies, presentado por el periodista de Cerdanyola Radio y Cerdanyol.info, Xavier Poza , hacía reír al público llenando sus intervenciones de anécdotas y comentarios irónicos, a menudo de carácter personal.
 
"El cuento es un refugio, tiene salidas inesperadas, es promiscuo y generoso, en cambio, la novela es más exigente y posesiva", dice Pàmies para explicar su predilección por el cuento. Pàmies confiesa que para escribir un cuento necesita "tener un buen detonante, una reacción a una emoción". Según remarca, siempre debe haber un componente desconocido y algo que "está dando vueltas en la cabeza" durante mucho tiempo. Y a partir de ahí, que "interese tanto como para terminar".
 
Canciones de amor y de lluvia presenta situaciones de cotidianidad absurda como la del hombre discreto que llega a ser invisible, con elementos metaliterarios con cuentos sobre el oficio de escritor o con contenido también autobiográfico y figuras familiares bien presentes después de la muerte de sus padres: el histórico dirigente del PSUC Gregorio López Raimundo , en 2007, y la activista política y también escritora Teresa Pàmies , 2012. Y todo, como siempre, con una prosa precisa que rehuye el artificio desde la concisión, pero que está pensada hasta la última palabra, y buscando la ironía y la sonrisa, pero también las emociones.
 
El escritor reconoce que lo que más le gusta del proceso de escribir "es la corrección y el perfeccionamiento" y no terminaría nunca de retocar el escrito, aunque últimamente ha empezado a aceptar "que has de separar del libro ", ha hecho un pacto consigo mismo para superar esta fase y se va dando cuenta de cuándo se debe dejar.
 
El cuento, generoso; la novela, posesiva
Sergi Pàmies reconoce su pasión por el cuento en contraposición a la novela, género que dejó de escribir "cuando tuve pareja y luego, gemelos". Para el escritor es incompatible escribir una novela y "las obligaciones de hacer de padre y marido". Por ello, después de escribir 3 novelas seguidas "de soltero", encontró un refugio en el cuento, un género que "da alternativas". El autor asegura que "si un cuento no te funciona, lo dejas en un cajón y te vas con otro y lo que has dejado en el cajón no se enfada, es más, le parece perfecto porque sabe que volverás". El cuento, para Sergi Pàmies, "es muy promiscuo, muy generoso, muy golfo y, en cambio la novela pregunta dónde has estado, te controla, interfiere mucho, y cuando tienes dudas sobre si lo estás haciendo bien, no tienes a dónde ir porque ella te reclama ". Sin embargo, ahora que la gemelos ya tiene 18 años, no descarta acercarse a la novela de nuevo.
 
Pàmies, enamorado de la narrativa corta, afirma que "le gustan las ideas pequeñas" y la novela, "es una maratón, es algo épico, un esfuerzo que tienes que dosificar mucho y tienes que entrenar, en cambio , la brevedad es muy estimulante porque es como una canción ". Por ello, no le importa que el cuento se pueda considerar un género menor.
 
Tampoco practica la poesía, aunque este género le permitió acercarse a la lengua catalana de joven. Aunque reconoce que hoy en día hace "poemas encubiertos, en prosa".
 
Canciones de amor y de lluvia comienza con una cita de Rusiñol: "Las mejores cartas de amor son hechas para los que no están enamorados". El escritor asegura que "sí se puede escribir sobre el amor si se está enamorado, pero tiene menos interés". Según Pàmies, "las parejas deberían someterse a simulacros para aprender a abordar emociones tan brutales como el final del amor".
 
El defecto del amor
Y es que, según manifiesta, "el amor es defectuoso" porque cuando nos enamoramos "lo hacemos en unas condiciones absurdas, sin ninguna lógica y funciona con las leyes de la ficción". En cambio, cuando el amor se acaba, "funciona con las leyes de la realidad" y nadie recuerda cómo se ha desenamorado. Para el escritor, "de la misma manera que aceptamos las leyes del 'flechazo', se deben aceptar las de rechazo".
 
Sergi Pàmies reconoce que le interesa mucho el proceso del desamor más que la pasión "que dura tres cuartos de hora" y defiende la "capacidad de resistencia" de las parejas, pero no una capacidad "resignada, sino estimulante". Para el escritor, "el mito de la felicidad crea mucha frustración en las personas y repercute mucho en los desamores por esta impaciencia e incapacidad de aguantar zonas castròfiques".
 
Sergi Pàmies nace en el exilio debido al activismo antifranquista de sus padres. Hasta los 11 años vive en Gennevilliers, en la periferia de Paris. Pàmies dice que fueron los mejores años de su vida para la felicidad propia de la infancia se le añadían elementos de aventura y viajes por la situación de sus padres.
 
En 1971 la familia deja Francia y es entonces cuando llega a una Barcelona donde le esperan los últimos años de la dictadura y una lengua que convertirá en su lengua literaria: el catalán.
Ese año su madre debuta con la publicación del Testamento en Praga , homenaje de Teresa a su padre Tomás, el abuelo de Sergio, al tiempo que reflexiona sobre la primavera de Praga.
Elementos autobiográficos
 
Los elementos autobiográficos siempre han estado presentes en sus obras y ha optado por la naturalidad a la hora de incluirlos. Muchos de los cuentos, como Dos coches mal aparcados, Fu Manchú, Incineración, Bufanda, El nicho o Volver a casa a pie tienen elementos autobiográficos, un hecho que ya se dejó notar mucho en La bicicleta estática.
El nicho habla del recuerdo de Antonio López , un tío al que mataron unos anarquistas por equivocación, eran los de su bando. Según explica, esta muerte provocó que su padre se dedicara de un modo muy traumática en la política y su tío también. Gracias a ello, afirma, su padre conoció a su madre y nació él y gracias a que nació él han nacido sus hijos. En definitiva, el hecho "de ser hijos de una tragedia absurda" siempre ha estado presente en su vida.
 
Sergi Pàmies inicia su carrera literaria con la publicación de los libros de narrativa breve Debería caer la cara de vergüenza (1986) y Infección (1987). A continuación publica las novelas La primera piedra (1990), El instinto (1992)-Premio Prudenci Bertrana de novela-, y Sentimental (1996). Con La gran novela sobre Barcelona (1997), que recibe el Premio Crítica Serra d'Or, el autor regresa a la narrativa breve, género que sigue cultivando con los títulos El último libro de Sergi Pàmies (2000), Si comes un limón sin hacer muecas (2006)-premios Ciudad de Barcelona, ​​Letra de Oro y Setenil-, La bicicleta estática (2010) y Canciones de amor y de lluvia (2013).
 
Pàmies también es articulista en diferentes periódicos y colaborador en diversos medios de comunicación. Confiesa que le gusta mucho escribir y la radio y no tanto la televisión.
 

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